sábado, 14 de mayo de 2011

Los nuevos tijerales de Chile...

Al parecer la Parsimonia de nuestro país comienza a resquebrejarse. Personas sin distingo político han comenzado a ejercer  el control ciudadano que a través de la participación del debate público se ha negado reiteradamente y ante lo cual al parecer ya se había optado por la comodidad del nihilismo y la abulia intelectual.
Claro está, ése es el perfil que los medios de prensa oficiales a través de su desenfrenada y descarada campaña de desinformación han intentado describir del Chileno promedio, no obstante, para su desgracia, comienza a surgir poco a poco una prensa alternativa, líderes de opinión ciudadana que libres de los mezquinos intereses partidistas alzan la palabra para lanzar a la hoguera a todos quienes hoy visten ropaje de santo y que en definitiva han cimentado la visión de Estado que hoy es administrada desde cómodos escritorios y redes virtuales. Claro está que entre las determinaciones políticas y las perspectivas de la gente existe un abismo inzanjable.
Escuchaba  atentamente al Senador Eugenio Tuma, elucubrando una serie de argumentaciones anecdóticas para justificar su adhesión al convenio UPOV 91 y  de verdad por un momento mientras lo escuchaba pensé que este no es el país que quiero para mis hijos, no son los líderes que necesito para ser representado...el autoexilio es una opción, sin embargo, creo sinceramente que restarnos a la contingencia, a la construcción, será en definitiva sobar cariñosamente el lomo de este modelo devastador que insiste en que nos restemos, en que nuestra crítica solo sea para alimentar la conversación de sobre mesa.
La falta de conectividad más urgente en nuestro querido terruño sigue siendo respecto a la  inclusión, a la apertura al diálogo, a la posibilidad de mirar al otro desde la transversalidad, desde la esperanza en que los sueños colectivos sean  la fuente creadora del paradigma de desarrollo que Chile debe construir para su descendencia. Se ha dicho que la historia de nuestro país se ha ido armando aleatoriamente, sin pensar en las aristas que puede acarrear este modelaje absurdo que ha planteado entre otras cosas que el medio ambiente es un obstáculo para el progreso y que todo ciudadano debe ser servil a los intereses del mercado, porque la economía es una especie de engendro autovalente y chupa sangre que se alimenta de nuestra codicia y esperanzas de bienestar. Nada se dice de las necesidades impuestas a punta de cañones invisibles, ni de que en realidad Chile SI ha sido pensado como constructo social, pero obviamente que la construcción de este país no ha partido de una Minga comunitaria. Estamos muy lejos de alzar la bandera sobre el tejado de nuestra patria. El festín de los Tijerales ha sido para el deleite de unos pocos, de los mismos de siempre, de ésos que usted bien conoce y que a través de la historia de nuestro pueblo han vestido linajes proletarios, burgueses, de caudillo, rojos, amarillos, pelucones, encorbatados, los que han alzado pequeñas revoluciones para luego olvidar sus luchas y gozar de la potestad que el pueblo les ha otorgado. Esperemos que a los chupa tetas de este país les tiemble el labio y que de cada crisis se enarbole un nuevo monstruo para el siglo 21, ése que EEUU tanto ha temido, el que las ideologías y las estructuras políticas prefieren no reconocer; una ciudadanía de la que no se reconozcan cabezas visibles que puedan ser manipuladas, sino que se sustente en discursos colectivos que puedan impulsar la construcción de un Chile maduro capaz de enfrentar los avatares que nos han legado los países del llamado primer mundo.

NO AL CULTIVO DE SEMILLAS TRANSGÉNICAS EN CHILE,
NO A LA PRIVATIZACIÓN DE NUESTRAS SEMILLAS NATIVAS,
NO AL DESARROLLO ENERGÉTICO Y PRODUCTIVO EN DESMEDRO DEL MEDIO AMBIENTE Y EL SER HUMANO.      

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